top of page
Buscar

Comprender la muerte es comprender la vida

  • Foto del escritor: Oriol Gifra
    Oriol Gifra
  • 14 jun
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 15 jun

Vivimos en una sociedad y de una forma en la que, a lo largo de la vida, nadie te habla de la muerte. Solo se menciona en el momento en que algún familiar, amigo o conocido fallece, cuando esta, de alguna forma, se acerca a nuestra vida de manera indirecta.


Es un gran error no hablar de ella. Sin hablar de ella, es imposible comprenderla.


Efectivamente, los muertos no hablan, o mejor dicho, no los escuchamos porque estamos, más bien, sordos.


Mi visión de la muerte es la budista: la de una puerta que se abre para salir de una vida material y transitar hacia otra vida, probablemente también material. Digo “probablemente” porque eso dependerá de cada uno, de cómo haya vivido, de su karma y de otros factores.



Lo primero que hay que comprender de la muerte es que no es mala ni buena. Es un momento de tránsito, lo que debe ser, cuando y como debe ocurrir: perfecto.


Todo lo que ocurre en la vida, cuándo ocurre y cómo ocurre, incluida la muerte, es como debe ser, tal como en el cosmos y causalmente debe suceder en esta vida material.


Ahora bien, hay que comprender que hay muertes y muertes. Los budistas afirman que morimos como hemos vivido. A alguien egocéntrico probablemente le costará asumir el momento y sufrirá al deshacerse de todo aquello por lo que su ego ha luchado.


La muerte es un examen temporal, una especie de checkpoint donde nos autoexaminamos a través de nuestra conciencia, aquella que perdura tras nuestra muerte material.


Morir significa comprender, en primer plano de nuestra conciencia, aspectos de la vida que muchas personas ignoran en el día a día, como por ejemplo:


  • La impermanencia de la vida

  • Lo relativo de la vida en relación con la totalidad de la muerte

  • La ignorancia en la que estamos sumergidos

  • El sinsentido de acumular bienes materiales que no nos pueden acompañar

  • Comportamientos y pensamientos egóicos

  • El miedo, el apego y el deseo constantes que nos llevan al sufrimiento


Alguien que lea este post podrá pensar: "Bueno, esta teoría no me la creo" y seguir con su vida.


Pues bien, gracias a las experiencias relatadas por monjes budistas, en concreto maestros, los llamados bodhisattvas, con un elevado grado de iluminación, pero también por personas normales que han vivido una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM), es decir, que han estado clínicamente muertas durante unos minutos y luego han “resucitado”, sabemos que la muerte es una puerta de tránsito donde existe plena consciencia de la persona que muere.


Lo que tiene desconcertada a la ciencia es que las personas que han vivido una ECM explican lo mismo. Por ejemplo, el pasado 13 de junio de 2025, en el periódico La Vanguardia, el médico de familia José Morales relataba su propia ECM. Estuvo "muerto" durante un minuto. En ese minuto, como todos los que pueden contarlo, explica cómo hizo un repaso de toda su vida:


"Me vi fuera de mi cuerpo, ahí tirado en el suelo. Fui arrastrado hacia un lugar luminoso, había un entorno natural extraordinario, sentía una gran conexión, como una comunión con el todo, y felicidad.


También vi a un gran ser luminoso que me transmitía olas de compasión. Aparecieron frente a mí múltiples imágenes de mi vida y me sentí muy mal… detalles de la vida cotidiana en los que había sido egoísta, injusto, vanidoso, y sentía lo que habían sentido las personas que me sufrieron. Quise volver para remediarlo, y fue como si me lo permitieran: caí hacia atrás y volví a sentir mi cuerpo dolorido".


Todas las personas que han tenido una ECM y han contado su experiencia describen un proceso muy similar de “revisión vital” y de bondad absoluta. Es precisamente esa bondad absoluta, contrastada con su comportamiento real durante la vida, lo que hace que todas ellas cambien radicalmente su enfoque vital, orientándolo hacia hacer el bien.


¿Qué han comprendido, pues, estas personas?. ¿De qué va la vida?.


José Morales lo resume muy bien en una frase:


"Aquí no estamos para servirnos, sino para servir".


De ahí que en este blog hable constantemente de la bondad, de hacer el bien, de darse a los demás. Ese es el gran fin y sentido de la vida. Comprender lo que nos enseña la muerte es, pues, comprender la vida.


Se podría decir que nuestra muerte será como nuestra vida. A más bondad hayamos cultivado, más bondadosa será aquella. A más sufrimiento hayamos generado, más sufriremos en este tránsito.


Los budistas lo saben, y por eso se preparan toda su vida para este momento, para que sea lo más favorable posible. Además, esto les permite alcanzar un nivel de iluminación suficiente como para poder decidir sus siguientes pasos en el ciclo del renacer, bien quedándose en el nirvana, reservado solo para quienes han purificado su karma a lo largo de todas sus vidas anteriores, o, lo más habitual, renaciendo en el samsara de nuevo, pero, al menos, pudiendo elegir un nacimiento y una vida lo más favorables posible.


En definitiva, lo que hacemos en la vida afecta a la muerte, y cómo morimos afecta a nuestra siguiente vida. ¿El secreto?, la bondad. Todas las personas que han experimentado una ECM lo confirman, pero también milenios de espiritualidad vivida y transmitida en tradiciones como el budismo o el hinduismo.


Comprender la muerte es, pues, comprender que hemos de vivir bondadosamente.

 
 
 

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating

Envíame un mensaje y dime lo que piensas

¡Gracias por tu mensaje!

© 2024 Creado por Oriol Gifra | Promuevo los MVV

bottom of page