Gracias por decirme que "no", gracias por decirme que "sí"
- Oriol Gifra
- 29 mar
- 4 Min. de lectura
Ser agradecido en la vida debería ser un hábito para cada uno de nosotros. El simple hecho de poder escribir o leer este post ya debería llevarnos a ser agradecidos, no por este post en sí, sino por el mero hecho de estar vivos y poder hacerlo.
Todo es como debe ser. El orden cosmológico manda sobre todo lo que existe, desde las partículas más pequeñas conocidas en física, los quarks, hasta lo más grande, los supercúmulos de galaxias. Todo danza, y nosotros danzamos en armonía en esta inmensa orquesta de la que participamos cada día, en cada momento, aportando con nuestra existencia.

Dejadme que os cuente un cuento vedántico clásico muy interesante por su mensaje, el del Campesino sabio. Dice así:
Había una vez un campesino muy sabio que vivía en una aldea. Un día, su único caballo, que usaba para trabajar el campo, se escapó. Los vecinos, al enterarse, fueron a consolarlo diciendo:
— ¡Qué mala suerte!
El campesino respondió tranquilamente:
— ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? Quién sabe.
Días después, el caballo regresó acompañado de otros caballos salvajes. Los vecinos, sorprendidos, dijeron:
— ¡Qué buena suerte!
El campesino respondió:
— ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? Quién sabe.
Más adelante, mientras el hijo del campesino intentaba domar uno de los caballos nuevos, cayó y se rompió una pierna. Los vecinos dijeron:
— ¡Qué desgracia tan terrible!
El campesino, con la misma calma, respondió:
— ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? Quién sabe.
Poco después, llegó al pueblo el ejército para reclutar jóvenes para la guerra, pero al ver que el hijo del campesino estaba herido, lo dejaron en casa. Los vecinos exclamaron:
— ¡Qué suerte tan maravillosa!
El campesino simplemente dijo:
— ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? Quién sabe.
Los vecinos, sorprendidos de que siempre respondiera lo mismo, le preguntaron por qué siempre respondía igual independientemente de que pasaran cosas buenas o malas. El campesino respondió:
— Hay que aceptar las cosas que pasan en la vida sin apegarse demasiado a etiquetarlas como buenas o malas. Todo en la vida es transitorio, y lo que parece un problema puede ser una bendición disfrazada, y viceversa.
Ciertamente, en la vida, cuando se cierra una puerta es porque esa no era y simplemente debemos seguir buscando.
Esta forma de pensar y actuar en la vida es muy interesante. Es una mezcla de estoicismo y esperanza que hace a uno extremadamente resiliente, y la resiliencia es una virtud imprescindible para vivir una vida plena y feliz, para relegar la frustración y el sufrimiento a su inexistencia mental.
Esta mentalidad vedántica, puesta en práctica, es muy útil en el día a día, tanto a nivel profesional como en la vida privada.
Por ejemplo, a nivel profesional, si al final una operación comercial no acaba fructificando pese a haberlo intentado todo, solo cabe dar gracias igualmente al cliente. Primero, porque ser amable conduce a reducir la tensión y permite mantener la relación comercial abierta para el futuro. En segundo lugar, nos envía un mensaje de "así no", lo que nos permite aprender y reflexionar sobre la situación para ver, con calma, cómo afrontar situaciones similares en el futuro y mejorar lo que se tenga que mejorar, si es posible.
Así pues, se trata de ver el "no" como un mensaje y una nueva oportunidad. Un mensaje que nos dice que "así no" o "por este camino no", y una oportunidad para "despertarnos" y reflexionar sobre cuál debe ser el camino del "sí".
Aferrarse al resultado negativo no resuelve nada, ni sirve para nada; provoca mayor resistencia y, por tanto, mayor sufrimiento.
A nivel personal, por ejemplo en el campo del amor, si estás enamorado de una persona pero al final la otra persona no lo está y te dice que "no", que no quiere continuar la relación contigo, el mensaje para mí es claro: esa persona no era tu media naranja; aparecerá otra en tu vida, no te preocupes. Si te ha dicho que "no" es porque no te quería tanto como para decirte que "sí", con lo cual te ha hecho un favor al decirte que "no", ya que así ganas tiempo y das espacio para que aparezca tu verdadera media naranja.
La vida es un viaje donde el ahora, que es el único momento que realmente existe, está lleno de caminos y opciones predeterminadas sobre las que podemos elegir viajar. Si nos equivocamos o por el camino nos encontramos con situaciones que no nos gustan o problemáticas, debemos igualmente ser agradecidos porque cada situación "nos habla", sea buena o mala. Las malas también nos hacen crecer y aprender como personas, y debemos verlas como oportunidades, no como problemas.
Como decía el campesino, "quién sabe" lo que la aventura de la vida nos depara, pero sea lo que sea, debemos ser agradecidos por vivirlo y aprender de ello para ser un poquito más sabios y mejores personas.
Vivir agradeciendo es aprender de la vida que vivimos cada día. Gracias por decirme que "no", gracias por decirme que "sí", gracias por estar ahí, gracias por leerme.
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