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La conciencia lo conecta todo

Foto del escritor: Oriol GifraOriol Gifra

La conciencia es un término y concepto complejo pero a la vez muy simple.


Es muy complejo para la ciencia, porque no sabe ni por donde empezar a darle una explicación. No sabe por ejemplo realmente qué es, como definirlo, donde se almacena, cómo surge o se conecta a la mente humana, como permanece tras la muerte (como así lo demuestran las Experiencias Ceranas a la Muerte), etc.


Es muy simple para las doctrinas ideológicas y espirituales desde el punto de vista que tienen muy claro lo que es y cómo definirla. La definición depende de cada cultura espiritual.





Por ejemplo, para el hindusimo y en concreto para la corriente del Vedanta Advaita, la conciencia es el Brahman, la realidad absoluta, eterna e inmutable, el TODO.


Nosotros, según ellos, somos en esencia conciencia, aunque no somos conscientes de ellos hasta que no alcanzamos un estado de iluminación, el cual es difícil de alcanzar en vida si no se predispone la mente para que ésta alcance dicho estado espontáneamente a través de la práctica meditativa, entre otras situaciones. La muerte es, en última instancia, una situación que nos conecta irremediablemente a la conciencia de tal forma que alcanzamos a reconocerla plenamente. La conciencia es el YO, no el "ego", sino el YO que el ego no deja ver.


Para el budismo, en cambio, la conciencia (sutil, no-dual) no es una entidad permanente ni una realidad última, sino un proceso dinámico que surge y desaparece constantemente. No sería en sí misma la última parada del ser, sino más bien un camino para llegar a él siempre que no nos apeguemos a ella. Para el budismo la iluminación es esa última parada de la esencia del ser ya que nos aterriza en el nirvana.


En estados avanzados de meditación (samadhi), la conciencia puede volverse más sutil y desapegada, facilitando la comprensión de la impermanencia, la insustancialidad y el sufrimiento. Es este el camino del que habla Sesha, para quién alcanzar la conciencia (sin "s") es alcanzar la iluminación.


Para Sesha hay que distinguir la Conciencia de la Consciencia (con "s"). La primera vendría a ser este TODO al que estamos conectados, el nirvana de los budistas, la inexistencia del ser y de la dualidad, porque todo es TODO, todo es lo mismo, somos UNO, todo es UNO.


La consciencia con "s" es un estado mental transitorio que nos permite trabajar la atención, poner foco en aquellos eventos mundanos y mentales que a los que queremos atender. Sería el tener acceso a una pequeñísima fracción de la conciencia, de ese TODO del que hablabamos antes. La consciencia es imprescindible para poder llegar algún día a escalar en los diferentes niveles de estados de conciencia existentes, porque hay varios, todos ellos separados unos de otros por aspectos limitantes que sólo pueden ser retirados como obstáculos gracias precisamente a la práctica de la atención plena, de la consciencia, de la desmaterialización de nuestro cuerpo y nuestro "yo" (ego) via la desconexión a voluntad de lo sensorial, como cuando estamos prefundamente dormidos, con la diferencia de que en el estado de meditación somos siempre conscientes de la experiencia que estamos viviendo.


Jorge Viñes en libro La Aventura de la Conciencia describe con detalle cuales son los 7 estados de conciencia que existen hasta llegar, según lo experimentado por él y muchas otras personas exertas en meditación, como Sesha, al último estado de la iluminación.


Según los 7 estados de conciencia que existen son los siguientes:


  1. Conciencia del sueño profundo (Sueño sin sueños)


  • Es un estado de total inconsciencia.

  • No hay percepción ni actividad mental, solo descanso fisiológico.

  • Se experimenta cada noche, pero sin registro de la experiencia.


  1. Conciencia de sueño con sueños


  • Se activa la mente y se generan imágenes sin control lógico.

  • Aunque hay una "realidad" en el sueño, es ilusoria y subjetiva.

  • La conciencia está atrapada en un mundo onírico creado por el propio individuo.


  1. Conciencia de vigilia


  • Es el estado en el que vivimos habitualmente.

  • Percibimos el mundo a través de los sentidos y la mente interpreta la realidad.

  • Se considera un estado de "sueño despierto" porque seguimos identificados con el ego y las ilusiones.


  1. Conciencia de autoobservación (Conciencia testigo o autoindagación)


  • Se comienza a observar la mente y el cuerpo sin identificarse con ellos.

  • Se desarrolla la capacidad de ser testigo de los pensamientos y emociones.

  • Es un estado clave en la meditación y el autoconocimiento.


  1. Conciencia de flujo o presente absoluto


  • Se alcanza un estado de atención plena en el presente, sin interferencias del ego.

  • La dualidad entre observador y observado comienza a disolverse.

  • Se experimenta una gran paz y claridad mental.


  1. Conciencia no-dual o trascendental


  • Desaparece la separación entre sujeto y objeto.

  • La persona experimenta la unidad con la totalidad del universo.

  • Es un estado de éxtasis y de realización profunda, donde la mente deja de interferir.


  1. Conciencia de iluminación o Conciencia pura


  • Es el estado supremo, donde la persona reconoce su verdadera naturaleza como pura conciencia sin límites.

  • Se trascienden todas las identificaciones con el ego y el cuerpo.

  • Es lo que en el Vedanta se conoce como "moksha" (liberación) y en el budismo como "nirvana".


Los primeros tres estados (sueño profundo, sueño con sueños y vigilia) son los que la mayoría de las personas experimentan diariamente. Los otros cuatro (autoobservación, flujo, no-dualidad e iluminación) requieren desarrollo interior y práctica meditativa.


El paso de un estado de conciencia a otro es espontáneo y nunca puede ser a voluntad, aunque si puedes predisponer tu mente a que sea más fácil que se de este paso de uno al otro. Para ello hay que comprender como funciona nuestra mente y cómo aquietarla para predisponerla a poder alcanzar cada vez un nivel de atención mayor y a su vez un nivel de desvinculación mental y sensorial superior para "limpiar" el ruido mental y dejar la conciencia pura, como el agua cristalina que deja ver el fondo del lago. Ahí la meditación juega un papel clave para lograr alcanzar estos estados de conciencia superiores.


Según las doctrinas filosóficas orientales la mente es simplemente un "procesador" que lo que hace es procesar la información que recibe a través de los sentidos y la vez es un "transmisor" que nos conecta con la conciencia, esta esencia superior inmaterial que tiene desconcertada a la ciencia por que reconoce que existe pero no sabe cómo demostrar su existencia.


El Dr. Pim Van Lommel en 2001 publicó 344 casos de Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) en las cuales demostró que la conciencia existe más allá de la muerte física de los individuos. Es más existe, según él, ya desde nuestro nacimiento.


Y así es. Cuando nacemos ya llevamos incorporado en nuestro "equipaje vital" la conciencia, como una especie de "cordón umbilical" inmaterial que nos conecta con este TODO.


La ciencia se está poniendo cada vez más nerviosa con su incapacidad de explicar que es y donde se esconde la conciencia que en el momento de escribir este post, se ha puesto en marcha en España un nuevo proyecto denominado Proyecto Luz, de investigación médica ligado a las ECMs que quiere intentar ir más allá de la evidencia científica ya contrastada por el Dr. Pim Van Lommel, o el propio Dr. Manuel Segarra, quién también ha escrito un libro denominado La supraconciencia existe: vida después de la vida y quién llama a este fenómeno supraconciencia, para distinguirla de la consciencia que los humanos experimentamos al estar con vida.


El Proyecto Luz, liderada por la Dra. Luján Comas y impulsada por la Fundación Icloby, quiere alcanzar, como hizo el Dr. Pin Van Lommel, los 344 casos de ECMs reportados con la colaboración de 14 hospitales.


Pero los médicos no son los únicos que están impacientes por explicar la conciencia. En el campo de la física cuántica el Premio Nobel de física Roger Penrose se asoció ya en la decada de los 90 con el anestesista Stuart Hameroff para proponer una respuesta ambiciosa lanzando la teoría Penrose-Hameroff, también conocida como la teoría de la reducción objetiva orquestada (Orch-OR, por sus siglas en inglés), la cual es una hipótesis que intenta explicar la conciencia combinando física cuántica y neurobiología.


Según ellos la conciencia emerge de procesos cuánticos en los microtúbulos (estructuras dentro de las neuronas). Dentro de los microtúbulos, se formarían coherencias cuánticas que permitirían el procesamiento de información de una manera diferente a la computación clásica.


Estas coherencias cuánticas colapsarían de manera objetiva y orquestada (de ahí el nombre "Orch-OR"), dando lugar a la conciencia.


Personalmente he podido hablar con Stuart Hameroff y, a parte de reconocerme que somos, en esencia, energía, no descartaba la posibilidad de que la conciencia estuviera fuera de nuestro cerebro, es decir, que no se generara en nuestro cerebro sino que sólo se procesara. Es decir, que nuestro cerebro actuara como un mero transmisor.


Eso podría explicar lo de donde está la conciencia que están buscando los médicos vinculados al estudio de las ECMs.


Como no, la ciencia es muy puritana y todo lo que no es demostrable y replicable, no sirve. Con lo que la teoría de Penrose-Hameroff sigue siendo controvertida, porque el mismo Hameroff reconoce que todavía les faltan puntos por ligar en su explicación. Estuve en una presentación suya en Barcelona en 2024 y efectivamente, cuando le empiezas a preguntar que entre en más detalles del qué y el cómo llega un punto donde "colapsa", porque todavía hay puntos por demostrar, tantos como los que tiene actualmente la física cuántica en sí misma o nuestra capacidad mental o matemática para llegar más allá de nuestro conocimiento actual sobre lo inmaterial, ergo, la conciencia.


Tal ycomo escribo en mi libro, El libro de la Vida, en el cual dedico un capítulo a la conciencia, para mi la conciencia es quella vibración o energía que nos conecta con el todo.


Creo firmemente que todos los seres vivos y no vivos tienen conciencia en mayor o menor medida, y que todos están conectados con esta conciencia única y superior.


Mi creencia es compartida la mayoría de filosofías espirituales orientales, pero también por la mayoría del chamanismo. Por ejemplo, el chamán yanomami Davi Kopenawa en su libro "La caída del cielo" explica claramente como todos los seres y objetos de la tierra están conectados a esta conciencia y, por eso, debemos tratarlos como nos tratamos a nosotro mismos, porque formamos parte de los mismo. De no hacerlo, según él, el cielo nos caerá encima, de ahí el título de su libro.


Me gusta mucho también la filosofía chamánica de esta conciencia ecológica y antitética al antropocentrismo actual, la cual por suerte va calando cada vez más debido a que más personas son conscientes de la insconsciencia climática del actual ser humano.


Por último, también me gusta el enfoque que hizo en 1995 el Dr. David R. Hawkins en su libro titulado Power vs. Force: The Hidden Determinants of Human Behavior, en el cual describió un mapa de la conciencia basado en una clasificación la cual en función de una escala, ésta impacta de una forma u otra en la experiencia y el comportamiento humano:


La escala se divide en dos grandes categorías:


Niveles por debajo de 200 → Estados negativos, de sufrimiento o destructivos.

Niveles por encima de 200 → Estados positivos, de empoderamiento y expansión.


Niveles bajos (Destructivos - Basados en el miedo y la negatividad)

20 - Vergüenza → Autodesprecio, humillación.

30 - Culpa → Sentimientos de pecado, auto-sabotaje.

50 - Apatía → Desesperanza, victimismo.

75 - Tristeza → Pesimismo, depresión.

100 - Miedo → Ansiedad, paranoia.

125 - Deseo → Codicia, adicción, insatisfacción.

150 - Ira → Odio, frustración, resentimiento.

175 - Orgullo → Arrogancia, resistencia al cambio.


Niveles altos (Constructivos - Basados en el amor y la expansión)

200 - Coraje → Primer nivel positivo. Responsabilidad, determinación.

250 - Neutralidad → Flexibilidad, confianza.

310 - Voluntad → Optimismo, autodisciplina.

350 - Aceptación → Paz interior, equilibrio.

400 - Razón → Lógica, comprensión profunda, objetividad.

500 - Amor → Compasión, armonía, amor incondicional.

540 - Alegría → Gratitud, felicidad inquebrantable.

600 - Paz → Iluminación interior, serenidad total.

700-1000 - Iluminación → Conciencia cósmica, estados místicos, conexión con lo divino.


Según él:


  • Cada persona puede elevar su nivel de conciencia al soltar emociones negativas y cultivar pensamientos y acciones positivas.


  • La conciencia influye en la realidad: las emociones y creencias afectan nuestra percepción del mundo y nuestras experiencias (parecido al concepto de transurfing de Vadim Zeland)


  • El amor y la paz son estados elevados: a medida que avanzamos en la escala, nos liberamos del miedo, el ego y el sufrimiento.


  • La conciencia colectiva impacta a la sociedad: si más personas evolucionan, el mundo entero se transforma.


La conclusión es que más allá de los intentos de explicar y clasificar la conciencia por parte de la ciencia, la evidencia la supera y como siempre ha sido explicada desde hace miles de años por la filosofía y las doctrinas e ideas espirituales orientales.


Creo firmemente en la conciencia y en la consciencia para llegar a ella. El problema de hoy en día es que tal y como vive la mayoría de la sociedad, la consciencia, que es lo único que nos conecta con nuestro verdadero ser, se vuelve cada vez más inconsciente y está cada vez más adormecida, con lo que el ser humano de hoy es como un zoombie a la deriva de la existencia cósmica. La meditación, la reflexión y el pensamiento crítico son las herramientas para pasar de un estado de "cosa viviente" a un estado de "ser" vivo consicente.


Calmar la mente para descubrir el espacio que existe entre pensamiento y pensamiento es lo único que os permitirá descubrir quién realmente sois y que es en realidad la realidad, que no son los pensamientos como nos pensamos que es.


Para descubrir la realidad última de la concienci y de nuestro ser hay precisamente que dejar de pensar, ya que el pensamiento es producto del ego y de nuestro sistema de creencias e ideas inculcado a partir de que nacemos. Cuando nacemos, nacemos puros de conciencia, sin velos, sin juicios, sin etiquetas, sin juzgar... ese el estado puro con el que nacemos y al que volvemos cuando morimos, cerrando el circulo de nuestra existencia material.


Rescatar vuestra conciencia, esta ahí escondida, y conforme os vayais acercando, no querréis volver donde estáis ahora, porque estaréis cada vez más libres de las limitaciones de nuestro día a día mundano, que nos son pocas.


 
 
 

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