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La grandeza de la generosidad

Foto del escritor: Oriol GifraOriol Gifra

Actualizado: 4 ene

La palabra generosidad proviene del latín generositas, que a su vez deriva de generosus (que significa "de buena familia" o "noble"). Con el tiempo esta palabra se asoció a un "corazón noble" desligándose en sí mismo del linaje familiar.


Escribo este post sobre la generosidad no al azar. La generosidad en sí misma refleja un alma sana, desapegada del ego y de lo material.





En concreto la generosidad es el espejo de muchas otras virtudes que están relacionadas con ésta. Podríamos citar como destacadas las siguientes:


  • Empatía. Intrínsicamente la generosidad comporta ver y reconocer la necesidad del otro y ayudar a cubrirla.


  • Desapego. Para ser generoso hay que gestionar un comportamiento que relegue el tener al ser, es decir, donde lo material pasa a un segundo plano y se prioriza a la persona. El valor de lo material queda relegado por delante del valor de lo humano.


  • Entrega. La persona generosa se entrega sin esperar nada a cambio, simplemente por el hecho de darse al otro.


  • Humildad. La persona generosa normalmente no se siente superior al otro por ayudarle, sino más bien colaborador. Se trata de una colaboración sincera y desinteresada.


  • Amor. La generosidad es, en última instancia, un mensaje de amor en forma de ayuda, de entrega al otro.


Cada día es más difícil encontrar personas generosas. La generosidad es un tesoro individual que debe cultivarse para uno ser realmente feliz en esta vida.


Las personas generosas suelen ser personas muy felices.


Este post no pretende ser un sermón de iglesa, pero sí hacer reflexionar sobre esta virtud que incide en el día a día de nuestros días.


Los divorcios por ejemplo, que están a la orden del día en nuestra sociedad actual, empiezan cuando la generosidad se tambalea, porque en un divorcio no encontraréis niguno de los atributos listados más arriba que conforman la virtud de la generosidad.


Y como los divorcios, podríamos poner muchas otras situaciones personales y profesionales donde se nota que la generosidad ha desaparecido.


Piensa en una escala de 0 a 10 cuánto de generoso/a eres en tu día a día.


En las siguientes situaciones, si te pusieran a prueba como participante, ¿tú que harías?


El Dilema del Prisionero: Los participantes deben decidir si cooperan (generosidad) o se benefician individualmente (egoísmo).


Juego de Donación: A los participantes se les ofrece una cantidad de dinero y deben decidir cuánto dar a una causa benéfica o a otro participante.


Ayuda Proactiva vs. Reactiva: Los participantes deben ayudar a otros sin que se lo pidan, frente a situaciones donde los otros piden ayuda directamente. ¿Esperarías a que te lo pidieran o serías proactivo/a?.


¡Cuida la generosidad, que no se te escape!


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