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La vida como sistema de información interconectado

Foto del escritor: Oriol GifraOriol Gifra

Actualizado: 4 ene

En mi libro, El Libro de la Vida, escribo que la vida "es energía consciente, compartida e interconectada".


Conforme la mecánica cuántica avanza se acerca cada vez más a lo que la filosofía describió hace miles de años.


En la metafísica de Aristóteles (384 a.c. - 322 a.c) él ya hablaba de la "sustancia" de forma parecida conceptualmente a lo que vendrían a ser las partículas fundamentales en física cuántica. Él también habla del "ser en cuanto ser, la existencia misma y propiedades de todos los seres en su conjunto, no sólo de forma individual. Finalmente, también habla del primer motor o motor inmóvil, lo que vendría a existir previo al Big Bang, un ser eterno e inmutable que causa el movimiento y el cambio en el universo pero que él mismo no es movido ni cambiado por nada.


Max Planck (1858 - 1947), padre de la mecánica cuántica, decía que la física y la metafísica eran dos caras de la misma moneda.




Para mi, uno de los descubrimientos más interesantes de la mecánica cuántica es cómo ésta ha desarrollado y aplicado la teoría matemática de la información para conectarla con la energía, es decir, cómo la información puede optimizar energía pero también incluso llegar a generar nueva energía en su proceso de interacción.


En ejemplo es el avance en el conocimiento del proceso de la fotosíntesis, donde determinados organismos biológicos utilizan efectos cuánticos para optimizar la conversión de energía solar.


Imaginemos por un momento la hipótesis que en realidad la vibración o energía sobre la que se sustenta todo lo que existe en el universo fuera en realidad información consciente, es decir, que todo, seres vivos incluídos, fueramos un solo sistema de información consciente interconectado.


La filosofía hace milenios que lo afirma, basta con leer mi libro para darse cuenta de que doctrinas espirituales como el budismo, hinduísmo o sufísmo hace milenios que no sólo lo afirman sino que viven en concordancia con esta creencia.


Para ellos el objetivo de la vida terrenal es intentar deshacernos de nuestra materialidad para elevarnos en paz hacia una vida inmaterial y eterna.


La ciencia desde hace unos años para aquí aporta descubrimientos que indican por ejemplo que los humanos no son los únicos seres vivos con consciencia y que incluso elementos inertes podrían esconder un cierto nivel de consciencia.


La ciencia por ejemplo todavía no sabe hoy explicar las ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte), experiencias de personas que han muerto médicamente pero que luego, al volver a la vida de forma inexplicable explican su experiencia supranatural. El Doctor Pim van Lommel lo tiene científicamente bien documentado.


Tampoco la ciencia sabe explicar los cientos de casos recopilados científicamente por el Dr. Jim B. Tucker sobre niños que recuerdan perfectamente su vida anterior.


En este punto, la mecánica cuántica y la medicina ya lleva unos años trabajando para acercarse a lo que la metafísica budista hace milenios que ha descrito. Un ejemplo de este intento por demostrar científicamente aspectos que hasta ahora se consideran por parte de la ciencia "creencias" es el del Dr. Suart Hameroff con sus investigaciones sobre la consciencia cuántica o supraconsciencia la cual se conecta a nosotros a través de nuestro celebro, en concreto a través de microtúbulos.


Nos vamos acercando en la demostración de que realmente todo somos un sólo sistema de información consciente interconectado. La forma que puede adoptar este sistema es múltiple, lo cual también incluso puede ser coherente con otras teorías científicas como la de las supercuerdas o la del multiuniverso.


Paradógicamente la evolución científica y tecnológica asociada a la primera nos conduce a principios básicos milenarios.


Si aceptamos que somos un solo sistema o ser consciente interconectado, sólo este concepto debería hacer reflexionar sobre el papel de la colaboración como mecanismo que lo mueve todo, desde lo subatómico al universo en su conjunto como una gran orquesta armónica donde cada sistema de información tiene su rol.


Si todo parte del mecanismo colaborativo como base o principio fundamental de interacción que genera la energía que lo mueve todo, todo se acerca a la esencia fundamental de la existencia humana, el amor por ser y hacer.


Es imposible colaborar, incluso desinteresadamente como hace la naturaleza, sin la base del amor.


Que en un futuro (menos de 500 años) el eslabón humano desaparezca como afirman antropólogos como el Dr. Eudald Carbonell o científicos como el Dr. José Ignacio Latorre y sea substituído en la historia evolutiva por humanoides o robots no cambiará ninguna ley universal y requerirá del mismo principio o mecanismo evolutivo, el de la colaboración para perdudar y seguir evolucionando.


La base misma de la vida sólo la podremos conocer desde la base misma de ésta. Como decía Albert Einstein "... ni todo lo que existe se puede demostrar, ni todo lo que se puede demostrar existe".


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