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La vida va de colaborar, no competir

Foto del escritor: Oriol GifraOriol Gifra

Actualizado: 4 ene

Aunque el título de este post parezca ingenuo, lo ingenuo es pensar que compitiendo es cómo evolucionamos y progresamos más.


El capitalismo como sistema económico se basa en la competición como mecanismo de supervivencia, ya que detrás está el dinero, donde sin competir no se mueve. El ejemplo más claro es el juego de la silla. Hay 11 personas y sólo 10 sillas, el silbato suena y hay que estar alerta para que cuando éste vuelva a sonar nos podamos sentar. Estamos todos compitiendo por no quedarnos sin silla.


El problema es que vada vez hay menos sillas y los que juegan tienen más posibilidades de sentarse en una porque su "equipo" se encarga de ocuparlas en tiempo y forma.


La escasez es el motor del capitalismo donde la competencia juega el juego de la oferta, una oferta en muchos sectores cada vez más escasa y en menos manos.


El problema es que en realidad esa escasez no es sobrevenida, sino querida. Como dice Xavier Ginesta en su libro Humanitas, la tecnología de hoy día y la que vendrá es capaz de solucionar la escasez en muchos ámbitos de la vida.





Tenemos tecnología suficiente para producir alimentos para todo el planeta. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) cada año se malgastan más de 1.000 millones de toneladas de comida en todo el mundo, el 20% del total.


El agua potable, como otro problema planterario, también puede resolverse mediante tecnología de desalinización entre otras como están haciendo en países ricos como Emiratos Árabes o Arabia Saudi...


A nivel de vivienda, con dinero se puede resolver construyendo más vivienda en muchas zonas y regiones del mundo "vaciadas" por culpa de no disponer de infraestructuras de comunicación adecuadas.


Y así toda la supuesta "escasez" que padece la especie humana podría ser resuelta con otra mentalidad. De ahí que Xavier Ginesta preconice que el siguiente estadio económico de la humanidad será lo que él llama la "revolución consciente", una sociedad que deberá pasar de la mentalidad de la escasez a la de la abundancia. Y gestionar abundancia es muy diferente a gestionar escasez, ya que el paradigma clásico capitalista se tambalea.


La filosofía como disciplina de reflexión me gusta porque nos hace partir de la esencia de las cosas para poder entenderlas. Si vamos a la esencia de la vida, ésta es pura colaboración tanto a nivel subatómico como macro cósmico.


La vida es una cadena de colaboración impermanente e interconectada. Así es cómo los 37 billones de células de nuestro cuerpo funcionan, en plena colaboración y armonía.


El Doctor en Ecología Tropical por Cambridge, Merlin Sheldrake, micólogo especialista en hongos lo tiene claro:"Todo el mundo vivo es una red de dependencia íntima y recíproca".


La naturaleza nos demuestra desde sus inicios que su mecanismo de funcionamiento se basa en colaborar en un ecosistema en equilibrio donde cada elemento y organismo tiene su rol, y como si se tratara de una orquesta todos colaboran realizando su función sin esperar agradecimiento alguno ni deber nada a nadie.


La Dra. Tamsin Woolley-Barker, antropóloga evolutiva y pionera en biomimética demuestra como la colaboración natural ha hecho evolucionar y mejorar la adaptabilidad de numerosas especies naturales.


En su libro Teeming: How Nature's Oldest Teams Adapt and Thrive demuestra cómo los sistemas naturales de cooperación y trabajo en equipo, observados en organismos como insectos y colonias de animales, pueden ofrecer valiosas lecciones para mejorar la eficiencia y sostenibilidad en las organizaciones humanas.


A través del estudio de superorganismos ha demostrado cómo principios como la colaboración, la adaptabilidad y la inteligencia colectiva pueden aplicarse para ayudar a las empresas y organizaciones a prosperar.


Nuestro origen es colaborativo (padre y madre), estamos hechos de colaboración natural en un mundo hecho tanto a nivel subatómico como a gran escala de colaboración entre partículas y organismos.


El ser humano ha llegado a ser lo que es hoy gracias a la colaboración constante de sus respectivos predecesores. Ésto lo saben muy bien los científicos. Uno de los últimos descubrimientos de la física, el bosón de Higgs ha sido el resultado de un experimento colectivo formado por un equipo de más de 3.000 científicos que ha durado más de dos años pero que empezó Peter Higgs (1929 - 2024) ya en 1964.


Así pues, la vida es, en esencia, colaboración, y la colaboración podemos practicarla en nuestro día a día todos.



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