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Somos energía

Foto del escritor: Oriol GifraOriol Gifra

En mi libro, el Libro de la Vida uso la palabra energía 113 veces.


De hecho para mi la vida "es energía consciente, compartida e interconectada". Como indico en el libro, "todos somos energía que transforma a nuestro alrededor".


Todo, incluídos nosotros, estamos hechos de la misma "materia prima" física y químicamente.


Todos los elementos químicos presentes en el ser humano (carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, entre otros) se originaron en procesos cósmicos como el Big Bang y la nucleosíntesis estelar.





La materia, ya sea un ser humano, una estrella o una roca, está compuesta por átomos. Los átomos están formados por partículas subatómicas como protones, neutrones y electrones, que son universales en todo el cosmos. Estas partículas, a su vez, están hechas de quarks y leptones, componentes fundamentales de la materia.


Según la famosa ecuación de Einstein, 𝐸 = 𝑚𝑐² , la materia y la energía son intercambiables. Esto implica que la "materia prima" del universo incluye no solo los elementos químicos, sino también la energía que fluye y conecta todo, incluida la energía que sostiene la vida humana.


La física cuántica confirma que todo y todos somos energía. El universo, incluido el cuerpo humano, está compuesto de átomos y moléculas que vibran constantemente, de ahí que la primera frase de mi libro rece "los humanos somos vibración armónica interconectada".


En la filosofía hermética y concretamente en el Kybalion (1908) ya se habla también del Principio de la vibración, donde "nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra". Según este principio, todo en el universo está en constante vibración, desde lo más denso hasta lo más sutil.


Hecho este preámbulo para intentar demostrar a los más incrédulos que somos energía, el motivo de escribir este post es alertar de la inmensa importancia que tiene ser conscientes de que somos energía, y más en el mundo en que vivimos hoy.


La energía al final es algo que se transmite en el espacio-tiempo en el plano de existencia de nuestro cuerpo y mente. Dicho de otro modo, somos e irradiamos energía y también la recibimos de todo (no sólo seres vivos) lo que nos rodea aunque no seamos conscientes.


Para comprender este concepto invito a la lectura de Reality Transurfing (3er volúmen), de Vadim Zeland, autor ruso misterioso del cual se sabe muy poco y del cual se sabe que antes de escribir habría estudiado física cuántica e informática.


Reality Transurfing es una filosofía práctica que propone que la realidad no es fija, sino que existe como un "espacio de variantes", donde coexisten infinitas posibilidades. Según esta teoría, las personas pueden elegir conscientemente qué versión de la realidad desean experimentar a través de sus pensamientos, emociones y acciones. En lugar de luchar contra el mundo o las circunstancias, el Transurfing sugiere "surfear" la realidad, utilizando la energía y el enfoque adecuados para alinearse con la variante deseada.


La práctica del Transurfing combina conceptos de física cuántica, metafísica y desarrollo personal. Entre sus principios clave se encuentran mantener un equilibrio emocional, evitar otorgar excesiva importancia a las cosas, reducir el estrés y actuar en armonía con las corrientes naturales de la vida.


Personalmente encuentro acertado el enfoque que da Zeland sobre la importancia de entender la energía y cómo ésta fluye y se intercambia en nuestro plano de existencia, y cómo somos nosotros los que elegimos cómo manejar esta energía, tanto la nuestra como el hecho de gestionar la que nos rodea e impacta constantemente.


Él pone el sencillo ejemplo de que es como si estuviéramos en un bosque a oscuras y diéramos existencia a aquello que enfocamos con nuestra linterna, donde enfocamos nuestra energía hacemos que aquello tenga mayor presencia o existencia en nuestra vida, tanto para bien como para mal.


De ahí la importancia de saber discernir qué nos transmite energía positiva de aquello que nos transmite energía negativa.


En este sentido, médicos cómo el Dr. Christian Boukaram, especialista en física nuclear y neuropsicología, afirman que todo, materia incluida, se compone de haces de energía que vibran.


El Dr. Boukaram escribió en 2013 un bonito libro llamado "El poder anticáncer de las emociones" en el cual explica cómo, de forma complementaria a los tratamientos médicos convencionales, nuestras emociones, pensamientos y estilo de vida pueden influir en la prevención, tratamiento y recuperación del cáncer.


Él sostiene que existe una conexión profunda entre la mente y el cuerpo. Las emociones negativas (energía negativa) persistentes, como el estrés crónico, pueden debilitar el sistema inmunológico, mientras que emociones positivas (energía positiva) y una mentalidad resiliente pueden fortalecerlo.


El Dr. Boukaram destaca la importancia del contacto con la naturaleza y la energía alrededor de ésta, no solo como una fuente de tranquilidad y relajación emocional, sino también como un medio para fortalecer el sistema inmunológico.


Esta idea está respaldada por investigaciones científicas que él menciona, como los efectos positivos de los fitoncidas (compuestos orgánicos emitidos por los árboles) y la práctica japonesa del "shinrin-yoku" o "baño de bosque". Estos estudios sugieren que caminar en un entorno natural puede reducir los niveles de estrés, disminuir la presión arterial, mejorar el estado de ánimo y aumentar las células inmunitarias NK (natural killer), que desempeñan un papel importante en la defensa del cuerpo contra enfermedades, incluido el cáncer.


En España, por ejemplo, el Dr. Manel Bllester hace años que practica la medicina energética basandose en el hecho de que precisamente somos energía. Aquí podéis ver un interesante vídeo sobre cómo lo trabaja.


En este contexto energético donde nosotros también somos energía, es trascendental entender cómo fluye ésta y, en concreto, cómo nos impacta.


Tanto Zeland como Boukaram confirman el hecho de que la energía negativa es, por definición, tóxica. Por ello debemos evitarla a toda costa.


Según Zeland, seguiendo la teoría de las cuerdas o, mejor, del multiverso, debemos imaginarnos todas las infinitas variantes de nuestra propia vida... el yo multimillonario, el yo pobre, el yo malo, el bueno, con hijos, sin hijos, trabajando de aquello o de lo otro, etc etc... Según él, y siguiendo la teoría de la física cuántica, todas las posibilidades existen, han existido y existirán. Somos nosotros los que hemos de decidir como manejamos nuestra energía, cómo la surfeamos en este plano de variantes posible.


Cómo la linterna que concentra la luz en un punto, nuestra mente se encarga de enfocar la energía en el punto que le digamos.


A partir de ahí, existen algunos principios muy importantes para saber manejarnos en este mundo energético en el que vivimos:


  • Se consciente de lo que te "chupa" energía. Hay campos energéticos creados gracias a la acumulación de energía que le dan sus miembros sin darse cuenta... organizaciones, medios de comunicación, empresas, clubs, etc... lo que Zeland llama "péndulos".


Cuando por ejemplo escuchamos la radio, sin ser conscientes estamos destinando energía a ello y ésta va a la radio, la cual gracias a tantos cientos de miles de oyentes que dan su energía existe y se hace fuerte en nuestras vidas... lo mismo con cualquier ecosistema u organización.


Siguiendo con el ejemplo de la radio, ésta también nos transmite a nosotros energía, claro... y ésta puede ser positiva, neutral o negativa, según nuestra percepción.


Es en estos casos, de intercambio constante de energía que realizamos diariamente con todos y con todo donde nosotros hemos de gestionar nuestra energía y tiempo, y ser conscientes de a qué lo destinamos.


  • No intentes luchar contra la energía negativa, mejor gestionarla modificando ese plano de existencia evitando esa situación, persona, información, etc... y, en caso de no poder evitarlo, acéptalo y suéltalo siguiendo el principio de impermanencia budista de anicca, donde todo fluye, viene y se va.


Si pones tu atención en gestionar energía negativa perderás mucha energía e incluso tu mismo generarás también energía negativa.


  • Rodea tu cuerpo de energía positiva interactuándo al máximo con personas y aspectos de la vida que emanen energía positiva. Recuerda el principio de dar y recibir.


En este sentido Aristóteles (384 a.c. - 322 a.c.) decía que "somos lo que repetidamente hacemos".


  • Visualiza en qué "píxel" de esta plano energético de múltiples variantes de existencia material quieres vivir y focaliza toda tu energía en llegar a ese escenario vital.


Ésto significa que cada energía que destines en tu día a día esté alineada a llegar a ese escenario que has visualizado. Evita que la energía de otros o de otras cosas nublen donde enfoca tu linterna vital.


  • Recuerda que todo en la vida es equilibrio, con lo cual, gestiona tu energía vital de forma equilibrada destinando energía a todo aquello que te hace feliz, no por trabajar mucho más llegarás antes a tu escenario vital deseado. Fluye, surfea por la vida de forma armónica.


Para mí un forma de fabricar energía positiva es darse a los demás. Cada uno de nosotros somos luz, energía que puede iluminar a los otros. Depende de cómo son nuestras acciones a lo largo de la vida en relación con los otros y el entorno, que iluminemos más o menos (irradiemos más o menos energía positiva).


Cuando alguien querido muere en realidad lo que encontramos a faltar es su energía, su luz, es como si se hubiera pagado una bombilla que nos iluminaba a lo largo de nuestro viaje.


Hay energías que generan más luz que otras. Son energías positivas que iluminan mucho, notamos mucho su presencia. Suelen ser personas muy enérgicas y que generan mucha energía positiva a su alrededor. Nos iluminan con su presencia gracias a sus conocimientos, su generosidad, su bondad. Son esas personas que se dan a los demás, viven para darse a los demás.


Somos energía en movimiento encapsulada en un cuerpo material y guiada por nuestra conciencia. Las personas intercambiamos energía. Cuando maltratamos a alguien estamos generando energía negativa dentro de nosotros y la exportamos a otros, estamos generando oscuridad alrededor nuestro, nuestra conciencia se apaga, se nubla.


De ahí que cuando nos relacionamos con personas abiertas, alegres, dinámicas, activas, vitales, solemos decir “vaya energía que tienes”, porque realmente, sin verla, la notamos, la sentimos, la captamos y la interiorizamos… conectamos con esa energía de esa persona.


Esa vibración nos llega y nos impacta positivamente.


Lo mismo ocurre, pero a la inversa, cuando esa energía es negativa. Lo sentimos, sentimos que no conectamos, que captamos energía negativa en forma de violencia, mal humor o cualquier otra forma.


La reflexión y el pensamiento crítico es vital para discernir qué comportamientos y pensamientos generan energía positiva y cuales generan energía negativa. Vaciemos nuestra mente de prejuicios y si hace falta desaprendamos para volver a aprender de nuestra relación con el entorno y con los otros.


Para gestionar la energía recuerda que hay muchas cosas que puedes hacer en tu día a día, más allá de evitar la energía negativa. La meditación, el descanso o el controlar la respiración son sólo algunas de ellas de las cuales no hablo en este post para no extenderme en exceso.


Ahora ya lo sabes, eres energía, eres "luz" que ilumina a otros y viceversa, otros te iluminan a tí al interactuar contigo. Genera energía positiva y contribuye a la armonía de este cosmos del que formamos parte. Aléjate de los "agujeros negros" si no quieres desperdiciar tu vida por el camino.


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